Alice Vanni

Muchas cosas pueden decirse sobre Alice, su comportamiento es complejo y mutable pero la única constancia en el mismo es su preocupación por quienes quiere. Sumamente inteligente, perfeccionista, dura consigo misma y con alto sentido del deber, gusta de las cosas bien hechas pero sus labores puede dejarles en segundo plano cuando de ayudar a los suyos se trata; es muy noble y pocas veces pude dar un “no” a aquellos que le interesan, pero para su fortuna la lista de estos suele ser limitada.
Aunque en primera instancia se muestre como una persona orgullosa y seria nunca negará a prestar su atención a extraños puesto que su filosofía se basa en que “para juzgar hay que conocer”, pero hay que tener en cuenta que seguidamente de esto les clasificara como bueno o malo y en ello basará su trato futuro.
De los seres humanos se ha forjado a la idea que son débiles y dignos de compasión, y piensa que son esas características por las cuales Dios ha dispuesto que se les cuide aunque esto no sea de su agrado, no obstante, no niega la posibilidad que en esa raza tan abundante existan seres excepcionales capaces de ganar su respeto, pero debido a su escasa convivencia con ellos aún no ha ocurrido.
La complejidad de la joven resulta evidente cuando los sentimientos rompen la coraza de su firmeza pues la vida se vuelve un eterno debate en su interior: lucha constantemente por mostrarse dura cuando no lo es, y su orgullo es tan grande que le impide admitir que se equivoca o llorar cuando siente la necesidad de hacerlo, no obstante, su rostro siempre terminará delatándola. En resumen podría decirse que Alice es como una caja fuerte, y que, como todas ellas, lo único que se requiere para acceder a lo valioso que guarda (como su enorme lealtad) es una correcta combinación.
En opinión de Alice no hay nada peor que la pereza y aquellos seres que gustan de evadir las obligaciones, odia la autoindulgencia y la falta de fuerza de voluntad tanto en su persona como en los demás. Odia a quienes hacen sufrir a otros, a quienes amenazan el orden que tanto trabajo cuesta a los ángeles establecer, y a quienes gustan del caos. Pero quizá lo que más odia esta personaje es a nivel de sí misma, y es el revelar sus propias debilidades ante extraños.
Como ya se ha mencionado antes gusta de las cosas bien hechas y de manera oportuna, los bellos paisajes de la naturaleza y en general todo lo que muestre armonía. Le agrada su trabajo como cantante por considerar que le ayuda a desestresarse y a su vez cumplir con su misión. Como es válido decir que es un tanto vanidosa le agradan los halagos y las cosas bonitas y brillantes, pero quizá su gran debilidad sea lo más simple del mundo… “los dulces"

Es una joven delgada pero de buena conformación física y estatura pequeña (1.55 mts), de piel blanca y brillantes ojos azules. Su cabello rosado es largo llegando poco más abajo del nivel de su cintura, suele llevarle en su mayor parte suelto sujetando únicamente unos cuantos mechones con listones que combina con el color de la ropa que usa. Los atuendos predilectos de esta fémina consisten en su mayoría a los que usaba en el cielo (antes de bajar a la tierra) y estos son vestidos cortos, muchas veces sin espalda y atados a la parte posterior de su cuello por su diseño de escote en “V”, gusta de las zapatillas ligeras y del uso de adornos como flores o joyería dorada en sus brazos o sobre su ropa.
Dando un poco más de detalle en cuanto a la fisionomía de Alice se puede decir que su rostro muestra algunos rasgos infantiles que se tornan más evidentes cuando intenta ocultar sus emociones, sus amplios orbes apenas cubiertos por un ligero fleco siempre terminan revelando lo que siente, lo mismo que sus pálidas mejillas que se encienden cuando se avergüenza pese a que sus delgados labios se afanen en negarlo.

La capacidad innata de esta joven se basa en el manejo del viento, especialmente en la creación de ráfagas cortantes, invocación de vendavales y poderosos tornados que le permitan atacar o defenderse del enemigo. Esta ángel también puede moldear el viento y el aire como le plazca, de tal forma que pueda realizar ataques casi invisibles, como por ejemplo, crear hilos de aire casi imperceptibles al ojo humano y atrapar con estos al enemigo proponinándole múltiples tajos por todo el cuerpo, crear espadas de aire solidificado que ensarten o corten al rival, etc.
Gracias al control que posee sobre el viento puede intensificar las corrientes de aire y dirigirlas contra algunos objetos levantándolos para lanzarles contra el oponente, tal como un tornado levanta de su posición las cosas que se encuentran a su paso como los vehículos y artículos incapaces de resistir ráfagas potente